La microbiota intestinal está compuesta por millones de bacterias beneficiosas que viven en nuestro sistema digestivo y cumplen funciones esenciales como regular la digestión, fortalecer el sistema inmunológico e incluso influir en nuestro estado de ánimo. Cuando este equilibrio se rompe, aparecen molestias digestivas y otros problemas que muchas veces no asociamos al intestino.
Una microbiota alterada puede causar inflamación abdominal, colon irritable, cansancio, intolerancias alimentarias, aumento de peso o un sistema inmune debilitado. El estrés constante, las dietas altas en azúcares y ultraprocesados, el uso prolongado de antibióticos, la falta de fibra y la mala calidad del sueño influyen directamente en este equilibrio.
Cuidar la microbiota implica consumir más fibra, incluir alimentos fermentados como yogur o kéfir, reducir el alcohol y los procesados y mantener rutinas de sueño saludables. En los CMP contamos con especialistas en gastroenterología y nutrición que pueden ayudarte a mejorar tu salud digestiva a través de una guía personalizada y basada en tus necesidades.